lunes, 20 de febrero de 2012
Que esté
Voy masticando espinas
mientras camino piso pétalos
de las margaritas que me deshojaste
En mi lengua
se maquilla una sonrisa negra
que va preparandose para el próximo show.
No hay un sólo trueno
que no sea reflejo de
cada uno
de mis pasos en falso
Que el mundo no está listo
para la verdad
eso es cierto.
Que sos capaz de someter,
según tu capricho suicida,
cada sentimiento al infierno
también es cierto
Pero tenés el poder
-a pesar de todos-
seguís siendo el orador
de mis lágrimas de hiel
de mi sudor encerrado
en esta caja dura que es mi piel
que raspa el aire
y lo divide hasta el infinito
lanzándolo tan lejos de mí
ubicandome cada madrugada
en el estante de tu pieza
escondida detrás de todas las fotos
de tus vicios
en un montículo de tierra
mientras vos no me ves
yo escucho el aire
que te rodea.
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